Iruña-Veleia: ¿Y ahora qué?
Viernes, 19 de Junio de 2020
El limbo de las 252 ostracas no analizadas y de las 39 analizadas Iruña-Veleia: ¿Y ahora qué?
La Plataforma Iruña-Veleia Argitu está compuesta por las asociaciones, SOS Iruña-Veleia, Euskeraren Jatorria y Martin Ttipia, así como numerosas personas a título individual. Creamos esta plataforma para promover una salida científica a esta controversia que dura ya demasiado tiempo.
Para ello se elaboró un manifiesto fundacional que nos unía en torno a dicha salida científica que en nuestra opinión pasaba por dos acciones totalmente necesarias:
- Que laboratorios europeos especializados en arqueometría analicen una muestra de las piezas. Sugerimos que sean tres laboratorios diferentes, y que se apliquen estrictamente los protocolos al uso para casos extraordinarios.
- Que reconocidos arqueólogas/os, no vinculados a las partes, lleven a cabo excavaciones controladas en lugares próximos a los señalados por Lurmen como puntos de aparición de los gratos.
Este manifiesto ha sido firmado por numerosas personas relevantes, entre los que podemos encontrar las siguientes: Garbiñe Biurrun (jueza), Antonio Rodríguez-Colmenero (epigrasta y arqueólogo, Santiago de Compostela), Ulrike Fritz (egiptóloga, Tübingen), Iñaki Ibarra Unzueta (ex director de Eusko Ikaskuntza), Benito Lertxundi (músico), Edward C. Harris (arqueólogo creador del sistema de excavación Harris Matrix), Patxi Zabaleta (miembro de Euskaltzaindia y abogado), Eñaut Elorrieta (músico), Alex Sardui (músico), Xabier Orue-Etxebarria (geólogo), Andoni Egaña (bertsolari), Mikel Enparantza (doctor en arquitectura arqueológica), Abel Enbeita (bertsolari), etc.
La reciente sentencia sobre Iruña-Veleia, por desgracia, nos ha dejado como estábamos al principio, ya que no se han realizado ninguno de estos dos puntos previos. Es decir, no se han hecho las pruebas arqueométricas solicitadas en los mejores laboratorios europeos de los tres materiales principales encontrados (cerámicas, ladrillos y huesos), ni tampoco se han realizado excavaciones controladas por personas independientes. Lo único que se han realizado han sido unas analíticas de unos pocos grafitos en cerámicas, en nuestra opinión muy deficientes, tal como explicaremos a continuación.
El tema de Iruña-Veleia tiene cada vez más parecido con lo que pasó en Altamira hace ya casi 150 años. Modesto Cubillas descubrió la cueva en 1868. Marcelino Sanz de Sautuola y su hija la visitaron con él en 1875 y creyó al principio que los trazados no eran obra humana. Pero en la Exposición Universal de París observó varios objetos prehistóricos de cuevas de Aquitania y con su formación en Ciencias Naturales e Historia empezó a trabajar el tema y publicó sus resultados en 1880: Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander. Sin embargo, en lugar de abrir un debate público, investigar el tema con profundidad, etc., aoraron desde el principio intereses de la Iglesia en no querer reconocer la larga evolución humana, intereses de algunos arqueólogos franceses en que las cuevas de Cantabria no quitasen la primacía de antigüedad a las aquitanas y la falta de sentido común de las autoridades y de la sociedad en general de la época, nada abierta a cambios y nuevos descubrimientos.
Hasta 1902, Altamira se consideró falso, pero cuando siguieron apareciendo más cuevas con pinturas parecidas en el nicho franco-vasco-cantábrico (Le Mouthe, Combarelles, Font de Gaume), quién había iniciado la campaña de falsedad, Émile de Cartailhac, publicó “Les cavernes ornées de dessins. La grotte d’Altamira, Espagne. Mea Culpa d’un sceptique”, reconociendo su gran equivocación. Pero era demasiado tarde, Marcelino ya había muerto, totalmente marginado y ninguneado.
Pero volvamos a Iruña-Veleia. En primer lugar, se debe saber que en el juicio cuya sentencia conocimos la semana pasada no ha habido, en nuestra opinión, garantías jurídicas sucientes. La instrucción ha durado 11 años, algo inadmisible, que en la práctica, en nuestra opinión, ha supuesto una pena de banquillo. Por otra parte, el acusado, Eliseo Gil, no ha podido hacer pruebas arqueométricas para datar las inscripciones en los mejores laboratorios europeos, algo que lleva pidiendo más de 12 años, cuando se creó una comisión asesora para aclarar este tema. Es decir, la solicitud de dataciones y catas controladas recogidas en el maniesto de nuestra plataforma no es nada nuevo ya que lo lleva solicitando el propio Eliseo desde hace más de una década. Incluso estábamos dispuestos a pagar los costes de dicha datación con una cuestación popular que se hizo, donde nos comprometimos entre mucha gente a aportar 10.000 euros para poder datar cuatro gratos en Inglaterra.
Además, los gratos no han estado custodiados por el Juzgado sino que los ha tenido la parte querellante, con lo que estamos rmemente convencidos de que la cadena de custodia está rota desde el principio. Por si todo esto fuera poco, en el juicio no se le facilitó a Eliseo la presencia de testigos que consideramos claves, como Antelo. Además, algunos medios de comunicación han estado muy beligerantes a favor de la falsedad, condicionando enormemente, a nuestro juicio, la posibilidad de maniobra de la juez.
En segundo lugar, hablaremos de la sentencia. Hay que decir que no han encontrado ninguna prueba de quién, cómo y cuándo se han falsicado supuestamente los grafitos. En el juicio solo se oyeron suposiciones e indicios, pero prueba, ninguna. Dicho trabajo lo realizó la Ertzaintza. Pero como testificó uno de los ertzainas encargados de la investigación, ellos recibieron la orden de que solo investigaran la posible falsedad, y no la posible veracidad. Es decir, no creemos que fuera una investigación correcta, ya que desde el principio tenía el objetivo de inculpar a Eliseo. Y en este juicio dichos inicios se han utilizado para inculpar a Eliseo, algo que no hubiera debido de pasar en lo que entendemos como un juicio justo.
Además de esos indicios elevados a prueba, la segunda “base” para considerar falsos los gratos han sido las analíticas realizadas por un solo técnico del laboratorio del Ministerio de Cultura, el señor Navarro, que ha encontrado trazas de metales modernos en algunas superficies de 36 gratos de 5-10 micras. Sin embargo, Mikel Albizu, perito de la defensa de Eliseo, demostró en el juicio que se necesita fuerza para poder escribir en la cerámica y que por eso los restos que quedan deberían ser considerablemente más grandes, hasta diez veces más, con un tamaño de unas 50-100 micras, es decir, 10 veces más. Por tanto, estos restos de metales modernos detectados por dicho laboratorio más que producidos al grabar las inscripciones habrían sido adheridos al manipular, limpiar o al transportar los grafitos. Además, al señor Navarro se le escapó en las declaraciones que hizo en el juzgado que antes de examinar las piezas las tuvo en bandejas metálicas.
En un tema de gran polémica como éste, es extraño que un solo técnico haya participado en este trabajo. Además, este análisis de los grafitos lo realizó con un microscopio comprado ‘ad hoc’ para hacer este trabajo, es decir, casi en periodo de pruebas. Pero lo más extraño ha sido que el Juzgado recibió otro informe del mismo laboratorio, el informe Antelo, y pensamos que como dicho informe no concluía que los grafitos fueran falsos, dicho informe no ha sido tomado en cuenta en el juicio. Esto ha sido, desde luego, algo inaudito, recoger solo el informe que culpaba y no el que le exculpaba, pero parece que es el mismo modus operandi con el que ha actuado la Ertzaintza:
buscar la culpabilización y no hacer algo abierto a todas las posibilidades.
En el juicio hemos conocido más cosas interesantes. Por ejemplo las restauradoras del Museo Arqueológico de Alava afirmaron que uno de los grafitos considerados falsos, porque contenía la palabra RIP, lo estudiaron con el microscopio y observaron que eran simplemente tres rayas, quizás interpretables como símbolo “de santidad” junto a unos desconchados. Además declararon que a finales de 2007, y a raíz del ambiente de sospecha, se ordenó desde la Diputación de Álava que no se lavara ninguna pieza más en el yacimiento. Llegaron a manos de las restauradoras unas veinte cajas de material llenas de cerámicas y otras evidencias arqueológicas, sin lavar. Ellas empezaron a lavarlas en el verano-otoño de 2008. Cuando llevaban lavadas dos cajas, apareció un grafito excepcional, el dibujo de un ave, quizás una paloma, con una espiga en la boca (símbolo cristiano, añadimos nosotros). Dieron aviso del descubrimiento a la diputada de Cultura, etc. e inmediatamente se les dio orden de que no lavaran más. Que ellas sepan, esas cerámicas están sin lavar y no saben dónde se encuentran actualmente esas cajas. Al finalizar, añadieron que, en su opinión, los grafitos son verdaderos.
La multa que propuso el Gobierno Vasco de casi 300.000 euros por daños al patrimonio la ha reducido la juez a 72 euros, es decir, no considera que apenas haya habido daños, pero la juez si le inculpa a Eliseo Gil de que las dataciones que debía haber hecho el señor Cerdán en el laboratorio Por favor acepta la Política de protección de datos Aviso sobre el Uso de cookies: Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia del lector y ofrecer contenidos de interés. del CNRS de Saclay (Francia) no se realizaron y que por tanto deben devolver la cantidad de 12.490 euros entre ambos. Sin embargo, Cerdán afirmó que sí se habían hecho. Nuestra pregunta es: ¿por qué no se ha hecho lo único que se podía hacer para saber si decía la verdad o no? Es decir, enviar de nuevo los mismos grafitos al mismo laboratorio y ver si las conclusiones son iguales a las presentadas por Cerdán hace 14 años.
¿Por qué se han negado durante todo este tiempo y también antes del juicio a hacer las dataciones en los mejores laboratorios y a realizar las catas controladas? Evidentemente, si realmente estuvieran seguros de que son falsas, no hubieran puesto ninguna pega.
Finalmente, queremos añadir que los informes grafológicos que encargó la Diputación de Alava para iniciar la querella y el acoso judicial contra Eliseo han sido desestimados totalmente por la juez ya que, evidentemente, esta técnica no la emplea nadie para estudiar escritos realizados en soportes duros tan peculiares como la cerámica de procedencia arqueológica.
También queremos recordar que 18 expertos diferentes han elaborado informes que respaldan la autenticidad de los hallazgos arqueológicos, algunos de ellos publicados en revistas revisadas por pares. Ninguno de estos informes ha sido valorado por la jueza como indicios favorables. También se han realizado dos congresos internacionales sobre los hallazgos de Iruña-Veleia donde se invitaron a miembros que elaboraron algunos de los seis informes pro-falsedad que se negaron a asistir y a discutir públicamente sus argumentos.
De los 291 gratos considerados “excepcionales” en el juicio, el informe de José Vicente Navarro considera 36 falsos, el informe Antelo dice que no se puede saber si son falsos o verdaderos, y los otros 255 gratos que tenemos… ¿Dónde los ponemos?
Creemos que solo habrá justicia en este tema cuando se lleven a datar a los mejores laboratorios cerámicas, huesos y ladrillos, y cuando se hagan catas controladas cerca de los lugares donde aparecieron los grafitos. Hasta entonces, seguiremos defendiendo la salida científica a este tema, aunque tengan que pasar más de los 22 años que transcurrieron en Altamira.
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